domingo, 12 de septiembre de 2010

Soñar con dormir.

Todo el mundo sueña con dormir alguna vez. A mí me pasa mucho. Sueño que me despierto, creo que me he despertado y de repente me vuelvo a despertar. Es curioso como uno piensa que esta despierto y de repente pierde esa certeza. Lo curioso es que me pasa muchisimo, pero sigo sin saber identificar que estoy soñando. Me "despierto" y me muevo super despacio, o solo puedo abrir un ojo, cosas que si me pasaran cuando estoy despierta de verdad me preocuparían muchísimo y aún así no se me pasa por la cabeza "esto es que estoy soñando".

Ojalá tuviera la capacidad de sentir que los sueños son tan reales como la vida cuando estoy despierta.

Mansión.

Últimamente no estaba muy por la labor de contar mis sueños, lo que no significa que no los siga teniendo, pero es que hoy me apetece comunicarme con el mundo exterior.

Pues bien, hoy he tenido un sueño que me ha gustado bastante, de estos que te despiertas y dices "mierda! ojalá las cosas fueran así en realidad". Y sobre todo ya no por lo que pasaba en sí, sino por la sensación de felicidad.
Mi familia y yo nos mudábamos a una mansión antigua con una finca enorme. Yo tenía una habitación gigante que estaba al lado de un baño muy raro porque era un baño-habitación de invitados y pensaba "que mal, cuando invite a alguien a mi casa tendré que mear en el jardín".
Tenía un jardín propio. Estaba como en una terraza, vaya, era una terraza-jardín (me encanta como se mezclan los conceptos de habitaciones xD), el suelo era de cesped y habia un solo arbol, estaba lleno de trastos, mesas y cachibaches raros y había un coche rojo. Se me ocurria que a mí me gusta mucho dormir al aire libre asique decidía que mi habitación sería el jardín y la habitación de verdad sería solo para cuando hiciera mal tiempo. Cuando se hacía de noche me metía en el coche a dormir con una vela, sentía una paz inmensa.
Al día siguiente me iba a dar uan vuelta por la finca y descubría que tenía un parque con columpios, toboganes y un rocodromo giratorio, imposible explicar el mecanismo, pero era casi imposible escalar en él. Trambién descubría unas vías de tren abandonadas y un bosque enorme, me daba cuenta de que la puesta de sol se veía justo desde mi habitación y pensaba "esta es la casa perfecta".