jueves, 18 de febrero de 2010

Amsterdam.

La otra noche tuve un sueño bonito. Primero estaba en la escuela, pero esta estaba en Amsterdam. El sitio era muy antiguo, casi parecía derruido y era muy pequeño. No recuerdo que pasaba ahí, sólo sé que de repente había pasado mucho tiempo y el sitio ya no era la escuela, sino la casa donde vivía María con 2 compañeras.

Volvía a pasar el tiempo y yo estaba con alguien (no sé quién) en Amsterdam sin sitio donde dormir. Recuerdo una calle muy larga y amplia, al atardecer, con gente pasando en bicicletas y gigantes edificios antiguos de ladrillo.
Preguntábamos por Kerkstraat y cuando llegábamos yo decía "en este edificio esta la casa perfecta para okupar, porque nadie sabe que existe, esta oculta". También decía que era donde María había vivido un tiempo y que antes era una escuela de Arte.

Para llegar a la casa había que ir al patio del edificio, trepar por un muro y subir unas escaleras metálicas que se caían a cachos. Daba mucho miedo, pero yo -como en todos mis sueños- tenía una forma física sobrehumana. Al llegar a lo alto de las escaleras había que dar un gran salto. La persona que me acompañaba siempre iba detrás mío, no la podía ver, pero tampoco lo intentaba.
Las imágenes que recuerdo son como pasillos oscuros pero acogedores, habitaciones con camas enormes y muy sucias, una bicicleta roja, una sala con mesas y ladrillos por todas partes. El color predominante era el marrón y el amarillo, a veces rojo.

El sitio estaba en ruinas, pero nos sentíamos muy seguros allí. Fue una sensación muy bonita.

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